LA FLORES DEL MAL. FRANCISCO JAVIER SOLÉ RIBAS

20:02

 

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A Ricardo le fastidia esto de los días señalados, como el de Todos los Santos. Le parece hipócrita acordarse de las personas allegadas fallecidas sólo en determinadas circunstancias y en concretos momentos.
Hay gente que para evitar el colapso en la peregrinación de noviembre a los cementerios portando flores a los muertos acude anticipadamente. Los hay, más tradicionales, que lo hacen puntualmente el mismo día de los difuntos. Ricardo ni lo uno ni lo otro; tiene tiempo y podría organizarse para evitar los momentos de mayor afluencia pero los últimos tres años ha descubierto que lo ideal es ir inmediatamente después de la fiesta; es entonces cuando en todo el cementerio luce el dispendio de centros de flores de miles de colores y las voces de los visitantes se han difuminado. Es ahora cuando Ricardo rebusca entre las flores más frescas descartadas en las papeleras del cementerio aquellas que depositará en la tumba de sus padres. Hace tres años que ni trabaja ni cobra el desempleo aunque ha podido entre las flores todavía no marchitas confeccionar a sus progenitores la ofrenda. A veces le da un toque elegante al ramo con flores que coge directamente de los nichos vecinos.
Es probable que dentro de dos años cobre un subsidio. Confía entonces en comprar en la floristería del cementerio un ramo de rosas rojas. Más que nada por dejar de sentirse mal. Los jesuitas le inculcaron un sentimiento de culpa del que ni toda la lucha de clases puede sustraerle.

 

Francisco Javier Solé Ribas

 Relato incluido en el libro: “Rehén de la memoria”

Gaetano-Cellini


 

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Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual)-2014-2016. Con la tecnología de Blogger.

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